La caña dice que
pica, lleva y lleva ese pescado al mar.
Evitar. Levitar.
Los ojos rodean
sin enfocar, las letras rozan sin marcar. La tinta se desparrama. No coagula.
Se mantiene amagando.
Cuando se dice
amagando se dice sin decir, tampoco se ponen los pies en las baldosas o se
muestran líneas, se hace con la respiración sola. Y
desemboca en un producto diverso que sigue abriendo las escamas del sol
plateado.
Dibujo: Luciana Gamberini |
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