Viernes
A la noche dormimos con las ventanas abiertas, tipo 6 Silvestre me llama y le doy la teta, entra un naranja flúor, pongo los postigos y cierro la puerta que da al patio sino el sol recalienta todo. Esa es mi rutina en estos días de profundo verano.
Renuevo el agua de la pelopincho, me doy un baño. Vecinos de recambio del costado llaman augusto a su bebé, antes estuvo simón que cumplió un año y no se podía creer la cantidad de gente que se juntó en ese departamentito.
Estar en el patio tiene su parte divertida, la otra vez en navidad escuché una anécdota que me hizo reír, tenía ganas de acotar algo pero no daba. Me suele pasar, y ya me he reído o me he dado vuelta y no ha sido un gesto atinado, ha causado una especie de incomodidad como este pretérito perfecto compuesto que es un poco hincha, lo mismo que esos poemas que escribí tan abierta y sin sentido para que no se pudiera leer ahí ninguna verdad.
Sábado
Abro el blog. Me dan ganas de hacer una poda, como un acto de jardinería dar forma a los textos. Leí lo que escribí en “cumplirías años”, y reviví un poco esa sensación que tuve de vos. Será que el poema se arma con ladrillos de sensaciones que quedan ahí para poder habitar. Entrar y salir.
De si nos pasaba algo de verdad nunca hablamos, todo estaba envuelto en cartas y poesía, clases que tomábamos de a dos, fines de semana que viajaba para allá o para acá. Y siempre igual, podíamos estar en la misma habitación o en la misma cama, o sentados pegados.
Nos decíamos amigos, amigos íntimos, amigos amantes, necesarios, indivisibles. También nos decíamos madre y nos saludábamos para el día de la madre, creíamos que uno había creado al otro.
Lo conocí en lo de Maura, llegué y estaba ahí sentado en uno de esos sillones gigantes, los sillones eran como camas rosas acolchonadas donde podías acomodarte de muchas formas, entonces hice eso, me acomodé y empezamos a preguntarnos las primeras cosas. Él tenía zapatillas topper.
Le decía “capo” a mi primer novio, a los demás mucha bola no les dio. Una vez lo invité a lo de Javi y me dijo que para qué iba a ir, para conocer a alguien le respondí, pero no le pareció.
Escribimos un montón de veces las palabras amor y coger.
En sus canciones y ese pizarrón todo escrito, buscaba pruebas, algún código o mensaje oculto. A veces encontraba un virginia en sus poesías, o frases que yo había dicho.
Era más fácil besarse con otra persona, no sé.
Y lo miré muchas veces dormido al lado en el otro colchón, y estuvimos horas y días juntos en departamentos, en baños, en bosques, en playas, en colectivos, en autos, sentados a la mesa, por las calles, en patios, en hamacas, en lagunas, en hoteles, en casas propias, casas ajenas, en un montón de lugares pero es como si hubieran faltado más.
Tengo un altar hecho de recuerdos, cada tanto lo visito.
Domingo
Mucho calor, pero me salva la pelopincho y mirar las flores del malvón.
Fiebre y cansancio.
Lunes
Es temprano, parece lluvia pero es el movimiento de las hojas. También suena un silbido esporádico hecho de viento y ranuras en la puerta.
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