En casa estamos haciendo espacio.
Descubrí ayer, que si pongo la mesita entre el mueble y la
mesa de luz, como si estuvieran pensadas las medidas de la silla y de la cama
con esas dos cosas juntas, hubiera sido milimétricamente calcula para que un
15 de febrero las hubiera colocado unidas y hubiera mirado las estrellas como
el mono que descubrió que podía agarrar la banana con un palo. O algo así quizás
haya sido en una pelea al agarrar un hueso para potenciar fuerzas contra otro mono. O
la primer mano y el mensaje, los primeros trazos.
Yo antes escribía de un modo indescifrable, era todo tan rápido
pensaba que escribir y concretamente hacer eran la misma cosa pero también me
gustaba alejarme de las cosas y deformarlas y estar sola y escuchar mezcla de
grillos pájaros y más. Ninguna voz, ningún auto, uuu uuu uuu ¿sabés que pájaro es?
Jorge está volviendo, alma que apareció y despertó un día, él
a este mundo, él que abrió por primera vez los ojos que empezó a ver por
primera vez las hojas moverse y se asombró por eso, y desde ahí en adelante, café
tango familia sillón, un año nuevo y todo inmenso nuevamente.
Hoy manuel se levantó temprano y se fue a estudiar. Silvestre
se despertó y le di la teta mientras pensaba en ese momento que del día que de
la noche se hace el día, cómo emerge la luz por detrás en la ventana, alrededor
se puebla de un naranja que es el mismo al del naranja con los ojos cerrados al
sol. O no es el mismo porque los ojos.
Manzanas verdades y una pera sobre la mesa.
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