jueves, 27 de agosto de 2015

EN EL FONDO DEL EDIFICIO



Si salgo al balcón, los bloques se quedan pegados frente a mí como si no hubiera espacio más allá, o como si el concepto de estreches reinara en el ambiente. Cuando hace calor, el aire que circula es una sopa espesa, humea y te deja pesado.
En verdad unas cuantas cuadras, kilómetros o lo que sea más allá, se está en otro lado. Los costados son largos y a veces infinitos, la amplitud se reparte por alrededor de lo que se mira. El mar va y vuelve, y se lleva y trae. El sol y la luna se muestran como distantes y consecuentes, la realidad de lo uno con lo otro aplica para nombrar a lo pequeño y lo inmenso.
¿Estaremos vacíos, seremos afectados? Reconocemos el bien y el mal por intuición, así nos movemos. Todo afecta, cada cosa, cada estimulo, adentro se nos tiñe.
Por entre medio se nos filtra el borde habitual del que nos hacemos.

X Y Z




Soy. Yo soy dual, doble, triple. Ya ni siquiera estoy en las palabras, me sé de memoria dónde están me escondo atrás de ellas como si fueran paredes que puedan taparme, tratarme representarme. Monumentos o grafitis.
No tengo la misma forma. Busqué a alguien para que me diga me diga me diga me diga, igual así, soy un montón.
Al principio fue que me llamen de la misma manera, me pidan lo mismo, y esperen de mí, y tampoco me vieron igual.
No es igual no es lo mismo. ¿Nos separa un abismo?
Ahora vendría la parte graciosa que me hace sentir.
Ahora viene la parte donde me doy cuenta del sol y lo miro.
Ahora viene la parte donde busco un ventilador, por ejemplo.
Me da el aire en la cara.
Podría leer libros y escribir de eso, podría. Podría olerme el pelo y oler aún más el jabón del pelo. Pero solo porque pasó poco tiempo desde la última vez que me bañé. Y escribirlo lo deja intacto siempre así mojado.
¿Esto tiene cualidad? ¿Logra, como dice Deleuze, ser un Bloque de sensaciones?, ¿se parece a foto? Y también,  ¿se parece a La Gioconda?
¿Tantos miran, tanto lo vuelven deseable? Importante.
La mirada.
Otra vez.
Háganme.  
Encuentren en mí.
¡Y os daré lo que me pidan! 


viernes, 21 de agosto de 2015

V O Z D E C U E R P O



VOZ 1
I

El cuerpo que arruga, envuelve, rompe y sana.
Entré al bosque, sabía que estabas ahí entonces te busqué porque estaba en el bosque y no podía no buscarte, dejé la bici a un costado y entré. Llovió como llueve en verano, cuando de repente hay sol, miré al cielo, abrí la boca y cerré los ojos. Y por un momento me olvidé de vos, cuando me acordé, corrí para calmar mi ansiedad de verte.
Mis piernas se rasparon con las ramas.

Las calles no son de asfalto. Tierra de la que nacen plantas y flores. Las piernas se me habían curado, solo me quedó un raspón chiquito casi invisible en el brazo, al lado del lunar preferido.

-Tu lunar es una superficie, es el mundo dentro del mundo. ¿Cuántas manos tocaron tu lunar?

-A mi raspón solo lo toqué yo. Nadie se enteró o ahora vos. ¿Qué hay atrás de los ojos? Cuerpo, mezclado con lunar y raspón.


II
Vos tenías el pelo largo, dejaste que hacía crecer.
Algo obligado por una ley que avanza.
Un día te despertaste y lo cortaste mirándote al espejo, queriendo cortar algo más.
La libertad es agarrar una tijera y cortar lo que sobra.

III
Lo que más me gusta de tu boca es el diente torcido, ese que se ve cuando te reís.
El hielo que se derrite, los dientes de leche que caen.
El cuerpo es la transformación que no acabamos.

Minúsculo cuerpo
Justo encontré lo que buscaba, en realidad estaba escuchando cuando me convertí en un músculo liso, salí de un desde.
Los músculos no saben si son de verdad o se inventan con el crecimiento de lo que los llena por dentro, carne que se tensa.
Y entonces las lenguas se hacen de lenguaje y también de voces que hablan, o sólo un órgano que sirve para chupar.
Helado de frutilla y chocolate en un cucurucho, entonces, el helado de chocolate abajo del de frutilla. Cuando ya no queda helado de frutilla, queda el de chocolate y parte del cucurucho.
Cuando ya no hay más helado de chocolate tampoco hay cucurucho, o lo hay todo desordenado adentro.
Donde ya es de todos los órganos lo tuyo.[1]

VOZ 2
Mi cuerpo que no fue al trabajo, mi cuerpo que está en otro lado, mi afectividad que sigue donde mi cuerpo no está.
Mi mamá me enseñó a justificar. Todo derecho y uniforme.
Mi papá a hacer trampa, la ficción y los lentes que te ocultan.

¿Está bueno nombrar?
Nombrar es diferenciar, diferenciar es dar identidad. Dar identidad es llamar por su nombre. Y llamar por su nombre, reconocimiento.
Una medalla para...




[1] Del Libro de los Helados.