sábado, 25 de abril de 2015

HUMANIDAD



Mutuamente

Nos vimos y nos bastó para armar historias que nos unieran
Conocidos y casualidades en común

Nos vimos más seguido en sueños y en el lugar de las cosas

Nos representamos mutuamente
Nos colgamos en cuadros y canciones

Nos pusimos repelente
Nos espaciamos

Nos mezclamos
Y nos dejamos

Nos seguimos existiendo

Nos mutuamente



NENA



A ver nena, está todo mezclado otra vez, se te hace más fácil ahí que allá, pero lo volvés complicado porque no volvés o porque ya no fuiste y para dónde se va y por dónde se vuelve.
Mezclado enredado, desparejo puntiagudo.
En el momento donde estás a punto de, pensás para qué. Ignorando el golpe inesperado o aun.
Ya no hay nada que descubrir.
Es hora de dormir.

domingo, 12 de octubre de 2014

AMOR O




AMOR  P R I M E R A    P A R T E
                                                                                                                                      
CERO
El cero es fundamental, es como si mostrara que a partir de ahí hay para delante y hay para atrás. Marca un hito en la historia de cualquiera. En este caso antes de uno hay. Hay nacimiento y hay amarillo, hay pollito con plumas suaves y hay valija con pinturas y hay algo que emana de donde todo. De otra forma no puede llamársele al cero que no nos dice nada y nos dice: inicio, cielo y tierra.
Un pedacito nos indica. Lo que importa es que el humano nació para jugar y representar, arte. Y parece que a intervenir.

I
Esto parece cierto, siguen dos puntos y viene todo lo que sigue. Si pongo tu cara delante de esta hoja para qué escribir. Entonces la borro, la dibujo, la saco, la recorto, la hago hablar, la interpreto. Tu cara es lo que más me gusta. Tus movimientos. Me gusta lo que sale efectuado. Me gusta cómo suenan tus manos, cómo suena tu voz. También me gustan tus palabras. También me gustan las que no decís. ¿Podés creer? También, no es que seas una sola cosa.
¿El amor se mide por cantidad de deseos de acercarse, cantidad de preguntas? ¿A una cara o en una hoja? A veces uno se enamora de un proyecto, de uno mismo o de otro. Funciona así: Moles y Rohmer [1] dicen que el espacio mide, hace a las cosas.
El amor se crea de los espacios que quedan marcados, rutas,  letras, registros de llamadas, mensajes, cantidad de veces que unas letras suenan por sobre el resto de las que no suenan, etcétera, etcétera, etcétera. Por eso los dibujos de corazones, los films, las canciones. El amor no precisa del mismo espacio. El amor representa y en ese camino delimita, deja hecho.
Ninguna pregunta resuelta en pregunta. El amor repercute.

II
Un día hubo un enviador.
Mientras, collage, hay tijeras de plastilina, siempre de plastilina, quiero decir que hay pinceles, hay tirones y  hay pegamentos y hay papeles de revista, y hay voces que suenan desde cerca y desde lejos. Ahí. Hay latidos. Querer entender es estar buscando.
El enviador llamó. Hizo su propuesta de espacio y tiempo.
El tiempo es algo que se desvanece. Es y no es. El espacio es el espacio. Espacio espacial. Lleno de lo que sigue y sigue.
La conversación fue así:
¿Qué hacemos? ¿Nos vemos? Dijo. Volvió a decir él.
La vecina que se entera de todo, escucha que hay un chico que pronuncia sin cesar quiero verte.
Yo respondí y le conté del gato. La vecina escucha todo. Grita ahora, no grita, la vecina habla tranquila pero es que tiene un megáfono violeta. Es tan lindo el barrio que la vecina. Ahora cuenta a todos: hay un chico y ella sigue hablando del gato, que le puso un collar con una campana de color lilaaaaa, le queda bien porque es griiiiiis
Típicas interferencias.
¿Qué hace la vecina metida de vuelta? Se entera buscando público. 
Me encanta el lila y el gris, te deben quedar bien, dijo el chico.
Lo dice o lo escribe, pero lo dice. Me gustan los gatos, me gustaría ver a tu gato. ¿Querés que nos veamos? Él de vuelta.
Otra vez insiste, y me imagino una carrera de caballos y me gusta el negro que brilla y va rápido. 
A mí me pasó algo. Llueve, llueve mucho. Algo que perdí, algo hermoso. ¿Hace falta decir? Se me vio el hueco y me quiso abrazar.

III
Amor
A mi tío se le cayó un diente.
Cayó, y al instante se le clavó con chinches y abrojos la palabra evitar. Pidió que lo evitaran o se hizo evitar. ¿Para qué el desastre? ¿Para qué el olor?, se preguntaría el tío. Y yo me respondo: por el honor al espacio. Porque lo que vemos nos importa. Pero el love encuentra belleza en lo que falta, ¿de dónde saqué eso? Lo leí, seguro en algún lado o me lo dijo mi mamá cerca del recuerdo de verla pintando o de que no coma cosas del suelo. O que ya es hora de sacarte los pañales, dijo la abuela con fuerza y apostando a mí, se me bajó una lágrima y me pusieron una bombacha rosa que ni una gota de pis.
El hueco, el amor y el hueco se llevan bien. 
El espacio también convive con la  distancia.
La música dura mucho adentro mío cuando amor.
Según su definición cala más hondo en la sensación.
Lisa y llanamente nos hacemos el cuerpo.
Voy a hacer un experimento. Ya te vas a enterar.

IV
Todo es de gran interés o lo vuelve interesante, y lo vuelve posible, lo hace así, simplemente me da.
Yo estoy en la cama tirada arriba, no adentro del todo. La luz es roja y escucho una chica que canta estilo country.
No tengas tanto miedo que todos hablan al pedo, eso dice en el libro nuevo que tengo.
En la canción suena la palabra amor seguido. Como si fuera la gran intriga. ¿Qué hacer con el amor? Y antes: qué es, cómo se lo trata, cómo se lo da, si también es su contrario, ah, porque si el amor es entretenerte, entonces nunca es odio ni olvido, sí, eso es lo único que no es amor.

Crsss crssssss crssscrrrrssss. Hace ruido el aparato o lo que se mete dentro del aparato. El  ruido me separa, me hace doble. Siento que hablo solo. Tengo sueño y frío.

V
El amor que vos das es igual al amor que recibís.
A partir de acá no hace falta aclarar que se entremezcla.
Me hace ruido me hace ruido me hace ruido. Entonces voy corriendo derecho y seguido, a imaginar las herramientas mentales para disuadir el ruido. Entonces le envío una caja llena de espuma con caracoles adentro. La necesidad de mirar a los costados para ser reconocido, nombrado. Soy amor. ¿Quién soy amor?  Queremos decir sólo que sabemos. Sólo eso. Las palabras ocupan espacio y lo hacen.
Mejor el mar, los caracoles, la espuma, todo eso.
Pienso como una loba que no quiere perder la carne que está por comer.
No te asustes. El amor no tiene dientes que puedan desgarrar, el amor busca porque quiere envolver, quiere recubrir, acobijar.

El amor como un sol, como el cero que empieza. Nido, rincón. 



Dibujo: Luciana Gamberini
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[1] Moles, A y Rhomer, E. Psicología del Espacio. Editorial Ricardo Aguilera. 1972.

MARÍA NARANJA VERSIÓN DEL INICIO



María Naranja ahora es espesa y contundente. Ya se cansó de las papas noisette y del crochet. Ahora une palabras porque le suenan bien.
María Naranja es un invento como es la fibra que está acá al lado, la billetera y el billete de adentro. Es una idea, es alguien.
María Naranja toma whisky aunque no le conoce el gusto. Toma cuando le sirven.
Toma igual.
Un día Naranja se descubrió del todo, se acordó de mapas que ya estaban escritos, miró y dio sus apreciaciones.
Los arboles torcidos estuvieron en su mejor posición.
A María le gustó subirse a uno de ellos y trepar.
Un día encontró una naranja, se sentó en la rama y empezó a chupar.
El sol salió y le dio una intensidad tenue. Casi se hacía de noche y María Naranja comenzaba a bailar.
Corrió lento y miró los peces.
Vivió en parques silvestres donde se la quisieron comer. ¿Para qué?, se preguntó un día, habitada por la gran expectativa.

Desde ese tiempo trepa tres arboles por día, succiona y encuentra el jugo que la fundamenta.




Dibujo: Luciana Gamberini


GUIÓN




I                

¿Cómo se hace? No sé.
Supongo que alguien le dice algo al otro, y así empiezan.
Dos chicos comieron una mandarina [1] y se miraron un largo rato.

Desgajan la mandarina mientras se ve cómo abren y cierran los ojos.
Perfiles de frente.
Comen la mandarina.
Después, cuando ya terminaron de comer, giran los pedales, se ven zapatos, dos pares siempre y se ven unos de un color y después de otro.
No se llega a ver la cara de ninguno, sólo se los ve rodar. Son ellos y podrían ser cualquiera.
Se ven globos, bien enteros, se ven sus partes redondas volando por el cielo, se ven sus bordes, se ven transparentes y llenos de aire.
La luz los refleja, la luz nos encandila entonces fruncimos los ojos, y los volvemos a abrir grandes, bien grandes para ver por dónde vamos ahora. Somos y son puntitos en lo celeste.
Vamos en los globos, viajamos instantáneos, livianos, casi invisibles, para ir a cualquier lugar, llenos de aire, por donde nos lleva el viento. De pronto nos acercamos y al instante nos envuelve la lejanía, imperceptiblemente cerca.





Dibujo: Luciana Gamberini 



I BIS

La gestación de un encuentro, dos que se miran, dos que comparten y comen de lo mismo. Dos que pedalean. Dos que llenan globos con su aire, dos se dejan ir en lo que dan. Dos que quedan a merced de lo incalculable, lo que viene dado, dirigidos por el viento que los excede, se acercan y se alejan queriendo y no. Dos que se vacían y vuelven a ser. 






[1] Una mandarina o cualquier cosa compartida.


Pistas de audio: José de San Martín - Como piedras. Marina Fages y Lucy Patané.