martes, 19 de abril de 2016

5:53



El estado de las cosas. El límite rozó la expresión pasó raspando. 
Soy este texto, soy esta fuente, este tamaño y este espaciado. No sé a quién llego, a mi misma en principio que quiero salirme. Por eso me desvelo, busco otro ancho, otro interlineado. 
Escribo casi dormida, sin saber qué. Con la postura repleta de lopérfidos, de Ministros de Educación y de, de plata robada, de calles con pozos, gases ocultos, perros locos, bolsas rotas derramadas en las veredas, turnos de médicos, ruidos de heladera que no paran, un calefactor que no anda, repleta de arrugas, de moscas, de ratas, de manos hinchadas, de asquerosidad. 
Repleta, también, de cuentos copiados, de ganas de verte porque verte es salvarse, de saber que inventar es renovarse. Ganas de bosques de humedad verde, de sol saliendo al naranja, de ojos dormidos que soñaron no hay nada, principio.



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