jueves, 24 de marzo de 2016

LA DAMA LIBERTAD




El mundo, la vida entera desde el primer hombre.
Teatro, castillo, escenario, plaza, casa, cueva, seres.
Los juglares hacen malabares con unas bolas rojas y celestes, y ella en el trono los mira en su hacer divertir.
Los mira, mientras le sirven miel, las uvas.
Mira a todos alrededor, ¿son como ella o no son?
Mientras, se acomoda los bucles, los retuerce con su mano, los retuerce demasiado, ya no hay bucles, hay pelo suelto mezclado. Los espectadores ahora son verdes en serio y respiran aire, son árboles en la selva, entre las hojas, el pelo se le mete entre las manos. 
Se meten entre adentro. Son raíces, son semillas, se mezclan las especies y nace la variedad.
Se pasa de la actualidad a la Edad de Hierro y a los primeros hombres, somos esos monos que hacen ruido queriéndose decir.
Nos pensamos y nos pensamos.
¿Quién soy?
Calicles o Antifonte. Igualdad o desigualdad por naturaleza.
Pactos, acuerdos, una ficción en la que queremos creer.
¿Es necesaria la Ley?
Ya no somos monos, observa la Dama, entre lo instituido y lo instituyente hay leyes que mueven sus banderas, creamos un orden que siempre excluye y nunca es para todos. Nos acompaña el latido natural que incorpora la imperfección en la belleza.
Somos un pequeño destello de la luz que podemos ser.






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