Hay viento, es de noche, los árboles se mueven y
fabrican el sonido lluvia, luces de colores de lado a lado, la mayoría de lo
que hay es de madera. Es un bar, la gente está afuera.
Un actor, un director, una organizadora, dos lesbianas
y dos que podrían pero no.
Antes de ir al bar fueron al teatro, Roberto Lati leyó algo que las metió en
la mordedura de los labios cuando ya llegó a donde te emerge el gesto de morder
el labio de abajo, buscando el costado. Ellas se metieron ahí, o se mordieron los labios o son
un labio mordido de ahora en más. Son las que podrían ser lesbianas pero
no, quizás hayan probado, en verdad se llevan bien, se quieran pero nada más.
El amor les mueve algo del pertenecer, y a ellas les mueve la sensualidad,
no hay nada que quisieran tener. Ellas
se ven bien juntas, incluso mejor que por separado. Ser dos es cruel y egoísta,
ellas convidan algo, pero no se van a dar cuenta tan fácil.
Cuando salieron del teatro saludaron a Roberto, le vieron
la remera de Led Zeppelin y el jean.
Esta es la parte: a los 180 grados se volvió especial, especial quiere decir cuando serviría
para una película.
En el bar, sería por la ropa que tenían, la
temperatura, las cervezas, la música, quedarse los tres, estar en un rincón.
Empezar a decirse. Seguir una lista que hay que seguir para sentir lo que se
siente cuando hay tres y ninguno quiere ser ni uno ni dos ni más. Tres.
Triángulo equilátero. Ángulo obtuso y agudo en movimiento.
Lo más lindo del movimiento, la búsqueda por los
bordes, el borde siempre sensual, de la textura a la piel.
Se desprende una sustancia acuosa gelatinosa, y
celeste transparente que sostiene y envuelve. El lugar no es así porque no hay un lugar así, pero hay
la imagen que representa.
Parece una noche de Enero.
Encontrar forma es parte de la naturaleza, vivirla es
la parte que nos toca.
Tupida vegetación húmeda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario