La
abuela Amalia fue con el abuelo Omi una mañana a casa. La abuela ahi se quedaba en la camionetita rastrojera blanca. A la abuela le gustaba
decirme todo lo que se acordaba como por ejemplo fechas de cumpleaños. No sé si alguna vez hablamos de verdad. A veces yo veía que la abuela también inventaba
historias. Cuando papá y yo la íbamos a visitar, pasaba lo mismo. La abuela desde
la cama y papá, al lado o en frente, contaban historias disparatas. Como por ejemplo que mi papá le preguntara por la anécdota en la que ella le había tirado un ladrillo a uno que estaba en el baño. Un baño afuera techo de chapa. Ahora me parece que puede haber sido cierto. Yo me
preguntaba si sería verdad, siempre me parecía que no.
Mi papá me contaba cuentos, especialmente uno sobre unos gitanos que cuidaban a un chico que apareció o secuestraron o porque se perdía, no me quedó claro, en la historia siempre veía al chico en su bicicleta y a un auto como el que teníamos, que sería de los gitanos, pero de color verde más manzana, el que teníamos era de un verde entre agua y apagado. Y me imaginaba a la mamá del chico con un delantal de cocina y las manos con harina abriendo una puerta que se parecía a la puerta de la casa de mis abuelos.
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En el patio de casa hablando con la abuela Encarnación y también en las cajas con cartas guardadas. Datos, fotos y recuerdos. Pisadas con un pisa papas que sacan por sus agujeros largos
hilos pastosos y frágiles que se desparraman en frases
De las cajas salían algunos que estaban en Mar del Plata haciendo
teatro, o con taller mecánico o vendiendo sweaters. salían pedazos de mar con tardes de visitas y masitas de paquete recién abierto anillitos de color
rosa, blanco y amarillo. Hay motos, guitarras y el tema de la cuenta
regresiva, del cassete verde y blanco sonando una y otra vez. Mi hermano
imaginaba o era guitarrista. Yo actuaba frente a los espejos y también ando con un cuaderno.
Cuando estaba en la habitación de la abuela Encarnación me gustaba escuchar música fuerte. O abrir el ropero. Lo que más me gustaba era un pañuelo trasparente que me ponía de vestido. A veces.
Espacio blanco.
(...)
Coge todo eso,
utilízalo.
Raymond Carver
Pero además las cosas que aparecen y que dicen algo que no es como es pero al estar escrito...