Cuando llegué me
tiró las llaves desde el tercer piso abrí subí escalones, estaba abierto.
Se parecía al medio oriente por las cortinas que movían liviandad seda.
La receta para
macerar frutillas es fácil. Saqué el papel del bolsillo.
Me compré un
reloj, te conté.
Las agujas
se mueven seguido y otras más lento. Vos también.
Cortaste las frutillas. Las lavamos primero, los dos metimos las manos abajo
del agua, las frutillas tienen pequeñas escamas que hay que fregar, necesitamos frotarlas.
Las dejamos
sobre la mesada. Las cortamos apoyándolas y entonces hundíamos de a poco el
cuchillo o lo hicimos tan rápido.
Las dejamos ahí.
Las regamos de
azúcar.
La cuenta regresiva.
Sabemos que cuando pasan un
tiempo así largan un jugo y así se ponen más dulces.
Alarma. Hundí el botón.
Cuando volvimos
a la mesada estaban llenas de brillo, agua transparente, habíamos transpirado.