Todo revive.
La planta que ayer vi para abajo, con un poco de agua y un cambio de lugar se volvió para arriba.
El mismo día vi la planta y vi lo que les voy a contar. Entonces creí que era cierto.
Ayer ese dijo: a ver yo tengo algo para contar, dame una hoja. Tengamos en cuenta que antes le había dicho que no era obligatorio estar porque él habia dicho que lo obligaban, y hacía una semana, en el encuentro anterior de los jueves, había estado sentado en la mesa cruzado de brazos y casi sin mirarnos, y antes, todavía antes de ese día, exactamente una semana antes, en el patio, se habia quedado a los metros necesarios para ni escucharnos ni ser visto, y ayer como la planta: se movió.
No era para abajo, más vale electrizado, cruzado, ni triste, firme y de mármol.
Somos un grupo, estamos ahí estuvimos.
Seguimos estando.
Con eso está bien.
Quizás alguien nos haga crecer, algo, que leimos, que escuchamos, que hacemos.
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