Silencio.
Es, también, determinantemente negro cuando es mimoso y se deja acariciar, o mejor, cuando viene y me busca. Es blanco hoja en blanco cuando ordeno papeles y no paro de entretenerme sin saber dónde o qué. Es gris medio entre lo que le hace de extremos usa collar con campana lila que llama y me hace llamar deseo.