jueves, 3 de diciembre de 2015

ESTO

                         A vos te gustaba esto.

Y encima llegabas en el momento en que todo estaba tan lindo o
se ponía porque habías llegado.

Tus maneras siempre fueron muchas.

Las palabras más grandes e incompletas definían y
siguen buscando otra forma,  la buscan a medida que
avanzan.

Esto se parecía al concepto deseo.

Esto no es lo que era.

Esto es nuevo.

Una idea se sigue plasmando.




Eso hacemos cuando nos conocemos.

¿Eso hacemos?



 Reconociendo el enigma.

Sentarnos uno delante del otro. Como hablar. Decir.


Si es que seguimos, nos esclarecemos y capaz que después.

Qué lindo.

Esto, ahora.

martes, 24 de noviembre de 2015

INTIMIDADETERNIDAD








Giró la perilla para liquidar el fuego.

-¿Cómo vivís la intimidad? Sí, conmigo te pregunto.

Preguntó.
Quería saber cómo se sentía estar con ella sola.  
Se le había corrido el pelo, y volvió a ponerlo donde estaba, una cortina que le hacía tenue la pregunta, suave rock and roll.
Entonces le volvió a preguntar.
Él la miró, la miró de lejos, la miró de cerca, le miró las manos, le miró el lunar del cuello. Le acarició los bordes, le delineó los ojos y las orejas.
Mientras ella respiraba, rápido     ligero.
Ya había buscado la jarra con agua.
Entonces se sentó y lo miró. Se rió al verlo.
Le gustaba tanto el silencio, que se despejó la cara y se corrió las cortinas para verlo mejor.
Se paró, se sacó las medias y abrió la ventana.
Era al medio día. Se acordó de una película, de la escena, de la hora cúlmine[1] de esplendor[2], el medio día.
Y después de un rato bajó las persianas, cerró la ventana y se acostaron. Uno al lado del otro.
Lejos, para acostumbrarse a verse primero. Se abrazaron imaginariamente y se acercaron también.
Después se miraron con los ojos cerrados y volvieron a despertar.
Ella había soñado y ya quería hacer algo.
Él, cuando se levantó fue para dibujar los planos de una nueva casa que se le había ocurrido en el momento del medio especial dormir despertar.
Sentía que el invento y las líneas tenían que ver con ella, con la aparición de la pregunta o con ella, o con cualquier cosa.
Ella lo miró y le dio un pedazo de sandía, la parte del corazón, roja y jugosa y llena de agua.
Le había sacado las semillas, la cáscara, estaba lista para ser comida.
Mientras tragaba le tocó a él, le tocó la pregunta.
-¿Y vos qué decís? ¿Cómo vivís la intimidad cuando estoy, estás, estamos?
Ahora le tocaba a ella el silencio. Entonces buscó canciones para decirle. Bailaba lento, bien lento.
Ella se veía agradecida, sin decir nada, seguía tomando agua.
Parecía que le pasaba lo mismo con la misma pregunta, o ella se volvía como yo, o yo como ella, o yo como él.
Lo mismo.




[1]Llegar al punto más alto, de mayor intensidad, grandeza o calidad.
[2]Apogeo, cualidad de la persona o cosa que ha alcanzado su máximo desarrollo o su máxima perfección. Resplandor, brillo.

sábado, 5 de septiembre de 2015

ELENA LENTES


Ahora estoy en la cocina y entonces pienso que me llamo Elena y me acabo de inventar. Cerré los ojos para imaginar que estaba en otro lado, un lugar con mar. Los sonidos me ayudaron a creer en el paisaje.
No me acostumbro al edificio de enfrente. Es mejor de noche, mucho mejor, los espacios se vuelven más largos, algo de lo infinito atraviesa las paredes, las ventanas son mini escenarios. Algo sabido, simplemente ponerse a mirar.
Es parecido a Facebook, se ve de todo: desde la señora gordita que anda en toalla, el perro batata, las nenas bailan-hacen coreos de los hombros para abajo y le muestran a unas piernas de pantalón raya al medio con zapatos marrones mocasín. Aparece el chico que una vez hizo señales de luces.
Uso lentes con aumento de marco amarillo, pero cuando voy a la ventana me los saco, no pretendo ver del todo, a veces me pongo los auriculares. Como ahora, que vuelvo a la cocina donde están las ventanas.



Queriendo o no, cualquiera se dirige a alguien, le habla, de alguna manera. Un alguien que es y no es, mezclado con uno y el otro. También te das cuenta en Facebook.

El sentido fundamental de la mirada.


Terminé dentro de la cocina, evitando ruidos, como si fuera un baño, un sótano o un lugar así. Escondida para no ser vista.
No quise prender la luz. No quise alterar.
Afuera el viento sopla bastante y es un estímulo que colma. Busco la calma en el silencio. El modo delicado de buscar lo no áspero me hace mirar para el costado donde está la pared blanca.
La soledad.
Si te corrés demasiado nadie te llega a necesitar.

Sigo siendo Elena y ahora estoy leyendo un cuento. Las palabras música gusto, temperatura.
Dulce de leche, celeste o sol, volando el polvo que son cristales livianos, con una gravedad distinta, se ven cuando hay sol.
Un lugar simplemente es un lugar.

Soy Elena y no soy fantástica, aunque me gustaría. En verdad me gustaría estar fuera de mí para ver cómo soy, quizás me esmere por no ser fantástica porque soy tan egoísta que no quisiera, en caso de serlo, que alguien más que yo tenga el contacto con lo fantástico.
Qué pavada.
La que escribe, y me esmero por serlo, la que les cuenta de mí hace como hago yo.